jueves, 23 de julio de 2015

Lady Gaga se defiende con el Jazz

Uno de los argumentos que más se han utilizado para defender a Lady Gaga es que tiene voz. Por lo que al transcurso de los días hemos ido escuchando, nadie lo puede poner en duda en sus conciertos, los de giras histriónicas, ciberbarrocas y mamarrachas como Born this way o Art-rave, siempre se ha guardado un momento para despatarrarse delante del piano y, en un alarde de fuerza, marcarse unas interpretaciones medio cabareteras de sus propios temas con empuje a lo Rocío Jurado, con la fuerza de los mares, como una ola.  Su voz no miente, es verdad resuena amplia, chillona, es de las que gustan en Broadway.

No es ningún secreto que a Lady Gaga, además de disfrazarse de bistec, pasearse por los estadios en bragas y ser la reina indiscutible del freakismo en el pop, lo que de verdad le ha gustado de siempre son los estándares, y si Ricardo III estuvo dispuesto a dar su reino por un caballo, ella habría dado algo también muy desproporcionado por un show en un salón de Las Vegas o un papel protagonista en un musical. Uno de sus proyectos muchas veces aplazados, y finalmente consumado, fue su disco a medias con Tony Bennett una ocurrencia que al principio pareció kitsch, pero que finalmente ha cuajado el disco es Cheek to Cheek, ha ganado Grammys y les ha llevado de gira por todo el mundo, a él con casi 89 años y a ella con la ambición de comerle el terreno a Barbra Streisand y ser más polifacética que Bette Midler.


"Hasta que alguien como Tony Bennett no te dice que puedes cantar jazz, nadie se cree que puedes hacerlo", le explicaba Lady Gaga al público del festival Jardins de Cap-Roing el pasado viernes, en la única parada de la gira en España. Y al principio parecía que sí cuando salió la extraña pareja al escenario, cantando a dúo Anything goes, la canción clásica de Cole Porter, daba la impresión de que Lady Gaga iba a sepultar a un Bennett que todo lo que ha acumulado de mito lo ha ido perdiendo en facultades físicas y vocales. Mientras ella fraseaba con agilidad y proyectaba la voz con energía era como una versión sin lujo de la misma interpretación que hace Kate Capshaw en el comienzo de Indiana Jones y el templo maldito], Bennett hacía lo que podía, que es básicamente tirar de oficio y de un sentido del ritmo que aún le funciona correctamente.

Lady Gaga se defiende con el jazz, pero no tiene ni el brillo ni la soltura que exige el género puede deslumbrar en una canción en particular, puede dar el pego con un repertorio limitado y bien preparado.

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