En
una divertida entrevista y un shooting en exclusiva platicamos con
Bárbara Mori y Sergio Mayer Mori quienes llevan una muy buena relación, sin
embargo educar a un adolescente no es una tarea tan fácil.
Sergio
Mayer Mori se acaba de hacer un tatuaje en el antebrazo. Es el tatuaje numero
cuarto que se hace y, hasta el momento el más grande que tiene, pero más importante,
es el más significativo porque es el ojo de su mamá. Cuando lo presumió en
Instagram lo hizo con la frase "Siempre juntos, siempre en mí". El
dato parecería insignificante, pero es un claro retrato de la relación que
lleva con Bárbara, una relación que camina de puntitas sobre la delgada línea
entre madre-hijo y amiga-amigo. Para él es claro, su mamá es su BFF, pero ella
todavía está aprendiendo a dejar claro que no importa lo bien que se lleven,
ella tiene la autoridad.
"Me
preocupa que se haga tatuajes a esta edad", es lo primero que Bárbara
comento. Se siente halagada y claro que considera que es un lindo detalle, pero
como toda buena madre, su primera ansiedad es que de grande él se pueda
arrepentir de esto o de algo más. La actriz quiso darle lo que ella no tuvo y
nos confiesa "Voy a ser muy honesta, mi educación hacia mi hijo siempre
fue muy liberal, porque yo tuve una educación muy diferente, con mucha
violencia y muy estricta. No fui nada feliz".
Los padres de Bárbara se
separaron cuando ella tenía tan solo tres años de edad y, de acuerdo con lo que dice, creció en
una casa donde "no la dejaban hacer nada". "Por eso quise
darle a mi hijo todo lo que yo no tuve. Construí una relación en donde él tenía
toda la confianza conmigo, pero llegó el momento, cuando ya era necesario poner
una mano dura y tener una autoridad ante él, que me perdí".
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